martes, 30 de septiembre de 2014

ENTENDER LOS CELOS DE LOS NIÑOS.(I) AFRONTAR DESDE EL EMBARAZO.


Una de las demandas que más atiendo en las escuelas infantiles donde trabajo después de los problemas de sueño, son los de los celos entre hermanos.
Podemos definir celos como una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza real o imaginaria de perder algo que considera  propio. 
A mi me da mucha pena un comentario que hacen algunas madres (sobre todo) cuando vienen a hablar conmigo para informarse sobre cómo tratar el tema de que van a "tener un hermano". Lo primero que les aclaro es que no van a "tener un hermano", van a tener un hijo, que será el segundo en la fratria, y así se lo transmitirán al primogénito. "Vamos a tener un bebé".
El cuándo se lo decimos es otro dilema. Siempre me repito, la naturalidad al poder. Lo mejor, cuanto antes, porque si se lo decimos a las personas más allegadas, estoy segura que tendrán comentarios y los niños estarán por medio, entonces, debemos decirselo para que estas conversaciones no les cojan por sorpresa.
Un error muy frecuente que solemos cometer es preguntarle a los niños si quieren hermano o hermana, como si estuvieran en un escaparate y fuera factible la elección. Daros cuenta que si el niño elige un sexo y luego resulta que lo que se va a tener es el contrario, no se van a conformar fácilmente. Por lo que desde el primer momento será adecuado llamarle nuestro bebé y así lo incluimos como cuidador principal y a la vez, estaremos usando un nombre neutro para evitar la tendencia de si será niño o niña hasta que no lo sepamos con seguridad.
Una vez que ya lo sepamos, podemos hacer partícipe a nuestro "mayor" en la elección el nombre, antes no!
Cuidado con los amigos, familiares, vecinos...la tendencia principal es preguntarle al niño que qué quiere, que si lo va a querer, que si lo va a cuidar...todos estos comentarios les vienen grande a nuestros hijos, así que debemos estar alerta y contestar por ellos o cambiar de tema. Además, poneros en su lugar, de pronto, todas las personas mayores que antes les decían lo guapos y buenos que eran le preguntan lo mismo sobre alguien a quien ellos no conocen aún...abruma un poco, no?
Es muy beneficioso que la casa vaya cambiando poco a poco, la cuna, el cambiador, la ropita...deben formar parte del decorado cotidiano, para que se vaya acostumbrando y no sean tantos cambios juntos.
Por otra parte, muchas veces, sin darnos cuenta, cuando abrazamos a nuestros hijos les decimos "mi bebé" siendo ya niños de dos o tres años...y cuando tengamos al bebé...qué le decimos? que ya son mayores? de pronto?, esto debe cambiar, por puro pragmatismo, tendremos un bebé y un niño pequeño, por lo que no le diremos bebé al que no lo es, pero esto no debe coincidir con la llegada del nuevo miembro, porque si no, estaríamos realmente haciendo un "príncipe destronado". Sustituirlo por "mi mayor", si nos llevamos varios meses denominándolo así, no lo asociará a la llegada de "su rival".
Hay muchas más situaciones que podemos manipular para minimizar el impacto de la llegada del bebé que mañana seguiremos analizando, pero tened una cosa clara. Un mínimo de sentimiento negativo hacia el bebé es un dato positivo, nos señala que el niño reacciona a los cambios, a mí me preocupa cuando me dicen que algún niño está como si nada ante ese cambio tan importante en una casa, me pregunto dónde están los sentimientos de ese niño. 
Es la intensidad del sentimiento lo que podemos minimizar, no podemos pretender meter a los niños en una burbuja para que no sientan nada. Esa anestesia no es sana...mañana más... :-)

lunes, 29 de septiembre de 2014

CÓMO HABLAR A LOS NIÑOS

Muchas veces, me encuentro con madres y padres que me dicen que están cansados de repetir las cosas a sus hijos y que no les hacen caso, incluso han llegado a pensar que los niños eran sordos por la forma que tienen de no atender a sus padres.
Yo suelo preguntarles, cuando les hablas ¿cómo lo haces? y es que normalmente caemos en una serie de errores sin darnos cuenta que influyen muy negativamente en la comunicación con nuestros pequeños.
Podemos seguir esta serie de pautas y seguro que mejorarán:
- Habla a tu hijo mirándole a la cara. Debe existir contacto ocular.
-Nunca hables de una habitación a otra. Es una mala costumbre y nunca seremos conscientes del grado de atención que nos está prestando el niño.
-El tono de voz debe ser adecuado. Gritar no sirve para nada.
-Usa frases cortas, los niños se pueden perder en la información y "desconectan".
-Haz que repita lo que le has dicho para asegurarte que lo ha entendido.
-Si estás llamándole la atención por algo, empieza diciendo cómo te sientes, por ejemplo, "Fulanito, estoy muy triste contigo, porque has pintado la pared".
- Juzga el comportamiento y no al niño. (Recuerda el Post de la Autoestima-2).
-Si lo vas a elogiar por alguna conducta positiva, hazlo lo más inmediato a la conducta posible, así el refuerzo será más intenso.
-Ponte siempre a la altura del niño y agarra con tus manos cada uno de sus brazos, de esta manera estarás acotando el espacio y la atención se fijará más.
¿A que no parece tan complicado?, muchas veces hacemos difícil lo fácil.
Ponedlo en práctica y me contáis!!


jueves, 25 de septiembre de 2014

AUTOESTIMA (2).


¿Preparados para seguir informándonos sobre la autoestima?
Cuando estamos ocupados en mantener una autoestima adecuada en nuestros hijos, un punto muy importante es cómo le hablamos. 
Por fortuna, el castellano tiene un vocabulario muy rico en matices. Entre las palabras que debemos tener en cuenta es el verbo SER, muy diferente al COMPORTARSE.
Siempre lo explico de la misma forma, yo puedo SER alta, baja, rubia o morena, que por más que me tiña de rubia, seré morena, porque es algo intrínseco a mí, por el contrario, COMPORTARSE es una elección y es fácilmente modificable.
Cuando escucho a madres (y sobre todo abuelas), decir: "es que es muy malo", yo me pongo las manos en la cabeza, porque además, LOS NIÑOS SUELEN ESTAR DELANTE!!!, sea a quien sea y esté donde esté, yo contesto lo más rápidamente posible, para minimizar el impacto en el niño y para que el adulto de turno se dé cuenta que ha metido la pata hasta el fondo y digo: "no mujer, fulanito ES bueno, lo que pasa es que ALGUNAS VECES, SE PORTARÁ REGULAR".
En primer lugar, juzgar los comportamientos de las personas delante de otras es una falta de respeto, también si es un menor, pero aún peor, cuando los valoramos y los etiquetamos de esta manera, porque si el niño se cree que ES malo, cumplirá el rol.
Imaginaros que a vosotros como adultos, os dicen continuamente que sois muy guapos, supongo que os lo terminaréis creyendo, no? e iréis por la vida con esa seguridad, pues con los niños igual...o peor, porque la mayoría de las veces lo dicen personas significativas para ellos.
En cambio, si vemos que nuestros pequeños hacen algo que no nos gusta, por ejemplo, pintar una pared, podemos decirle "fulanito, no me puedo creer que hayas pintado la pared!, CON LO BUENO QUE ERES!!!, este comportamiento no te pega!!!" y así Fulanito, aunque sonría, vivirá una discrepancia entre lo que ha hecho y su supuesto rol de bueno.
En muchas de las valoraciones que hago a menores, se autodenominan como MALOS, les pregunto por qué y me contestan "porque hago muchas trastadas"...no os da pena?, ese es el resultado de cómo les hablamos y por consiguiente, de una autoestima baja, fuente de muchos conflictos. En ese momento les aclaro " Estoy segura que no eres malo, sino un BUENO que se equivoca con frecuencia en su comportamiento y eso se arregla".
Habladle en positivo, a la larga, lo notaréis.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Educando la alimentación

Hoy traemos al blog una invitada. Se trata de nuestra colaboradora en la Escuela de Padres con talento Griselda Herrero doctora en Bioquímica y Dietista- nutricionista. Ha escrito un artículo sobre cómo educar la alimentación que queremos compartir contigo:


Ser padres no es una tarea sencilla y conlleva una responsabilidad que va más allá de nosotros mismos: EDUCAR a nuestros hijos. Y digo EDUCAR, en mayúsculas, porque son palabras mayores. EDUCAR no consiste en perfilar la personalidad sino en transmitir una serie de valores, de formas de ver y vivir las cosas. No se trata sólo de hacer que el niño aprenda algo que no sabe (y que en la mayoría de los casos, aprendería sin nuestra ayuda; y si no sólo hay que dejar a un niño de 2 años, o incluso menos, con cualquier aparato electrónico y ver cómo lo maneja mejor que nosotros en mucho menos tiempo del que aprenderíamos a encenderlo). EDUCAR a un hijo supone ser un modelo de identidad, un ejemplo a seguir para él, alguien de quien aprender los principios que nos acompañarán en el camino de la vida. Dicen los expertos que los primeros años de la vida del niño son los más importantes en el desarrollo de su personalidad. En este sentido, me gustaría puntualizar que si bien es cierto que es la edad en la que las neuronas tienen mayor plasticidad (es decir, cuando más se puede absorber y, por tanto, aprender), las vivencias y experiencias que se tienen a lo largo de la vida son las que nos moldean y nos hacen ser, finalmente, quienes somos.

lunes, 22 de septiembre de 2014

LA AUTOESTIMA ( I )


Considero que este tema es tan importante que he divido en dos partes la información que os quiero transmitir porque sabéis que no me gustan los posts largos, suelen aburrir y nadie tenemos tanto tiempo para enterarnos de verdad de lo que ponen. Así, hoy os pongo la primera parte y otro día la segunda. Allá vamos: 
La autoestima es el concepto que tenemos sobre nosotros mismos y puede ser positiva o negativa, dependiendo de la opinión que los demás tengan de nosotros y de la que tenemos nosotros a partir de haber conseguido logros o no.
Todos los padres estamos muy concienciados en alimentar la autoestima de nuestros hijos, pero es verdad que a veces, sin darnos cuenta, actuamos de forma contraria a este objetivo.
Yo os propongo trece consejos fáciles para aplicar con vuestros niños y que os pueden ayudar a mejorarla:
1.-No ridicudizarlos. Nuestros retoños pueden caerse, equivocarse, hacer algo mal, pero en ningún momento debemos llamarle la atención en público, ni delante de adultos ni delante de sus amiguitos.
2.- Recibir alabanzas. A todo el mundo nos gusta que nos digan que hacemos las cosas bien y no debemos dejar de hacerselo saber, aunque sea su obligación. Si se lo comunicamos, aumentaremos las probabilidades de que repita acciones en ese sentido.
3.-Tener gran optimismo. Debemos transmitir la visión del "vaso medio lleno", esto es, que cada vez hace mejor las cosas, que poco a poco lo está consiguiendo, que va evolucionando. Ellos no son tontos y se dan cuenta de sus errores, por lo que no los podemos obviar, pero sí minimizar.
4.-Asombrarse por sus hazañas. Nuestros niños se mueven en el mundo de lo cotidiano, por lo que no podemos pretender que hagan prodigios para llegar a asombrarnos. Es tan fácil como que un niño de 5 años se peine solo y le digamos ¡qué maravilla, estás muy bien peinado!. Os aseguro que a nuestro hijo se le pondrá una sonrisa de oreja a oreja, se llenará de satisfacción y su autoestima crecerá ( y mañana lo hará de nuevo, seguro!).
6.- No corregir su fantasía, pero tampoco pasarse. Todos los niños tienen fantasía y nos podemos montar en ella y seguirlos, pero hay que tener un límite, no se puede vivir en un mundo paralelo. Tener los pies en la tierra es fundamental para poder crecer emocionalmente.
7.- Pasar algún tiempo con los niños. Siempre lo digo, más vale calidad, que cantidad. No me valen las madres  o los padres que tienen presencia física pero no los atienden nada más que para reñirles, bañarlos o darles la cena.
8.- Evaluar a nuestro hijo de forma real. Vamos a ver papis y mamis, para cada uno de nosotros nuestros hijos son los mejores y más guapos del mundo, pero ésta es una percepción subjetiva, seguro que conocemos a otro niños que es más bondadoso o más noble, o más expresivo... lo tenemos que tener claro, porque esa idolatría que algunas madres sienten, la transmiten y se crea en el niño una egolatría que choca con el mundo.
9.- No compararlo NUNCA con NADIE. Nuestro hijo es único, no hay otro como él, nada que no sea exactamente igual es comparable, pero ni en lo positivo ni en lo negativo. Y menos aún con un hermano.
10.-Reforzar los esfuerzos. A priori, poco nos deben interesar los resultados. Es mucho más importante atender los esfuerzos que tienen nuestros niños. El resultado positivo es cuestión de tiempo, pero si nos falta el esfuerzo y la satisfacción de haberlo intentado, éste nunca llegará.
11.-Metas alcanzables. Las metas siempre deber ser reales, porque en caso contrario, solo llegaremos a la frustración y a una autoestima por los suelos.
12.-Prestar atención a lo que nos dicen. La mayoría de las veces nos pueden decir cosas sin importancia, pero aún así, debemos prestar más atención que si estuvieramos en una conferencia. Cuántas veces nos hablan y no les echamos cuenta?, cómo creeis que se pueden sentir? cómo os sentiríais vosotros en ese lugar?. Deben sentirse escuchados, es fundamental para su autoestima.
13.-No dar soluciones inmediatamente. Muchas veces los niños nos dicen las cosas sólo para "vomitarlas", una vez dichas, ya no les dan importancia. Nuestro deber es escuchar y si acaso, preguntar "¿y cómo crees que podemos solucionarlo?", seguro que ellos tienen una respuesta, vamos a enseñarlos a pensar, es lo más importante y lo más útil que les podemos dejar como herencia.
...Mañana, más! :-)

jueves, 18 de septiembre de 2014

LOS MÓVILES Y LOS NIÑOS.


Hace pocos días una seguidora del twitter, nos hacía esta pregunta: "¿Qué hacemos con los móviles y tablets donde nuestros hijos tienen constantemente a sus amigos distrayendolos?
Como padres, somos la primera generación que tiene hijos con ordenadores, teléfonos con internet y tablets, por lo tanto nos falta la referencia de cómo actuaron nuestros padres con nosotros, pero como todo en la vida, el sentido común es lo que debe predominar, aunque es cierto que muchas veces no es el común de los sentidos.
Podemos hablar por un lado de los móviles y por otro, de las consolas de juego (que hablaremos en otro post).
En primer lugar, la edad a la que los niños empiezan a tener móviles no es muy acertada. Son el regalo estrella de la comunión, sin tener en cuenta si es contraproducente.
Hace unos años, cuando los móviles no incluían juegos ni aplicaciones de mensajería instantánea, también se regalaban, yo siempre me preguntaba el por qué. Vamos a ver, si mi hijo tiene 10 años, no va a ningún sitio sin su padre o sin mí, por lo que para qué necesitaba un móvil, para estar en contacto con los amigos...¿y el teléfono fijo?.
Por otro lado, también nos encontramos con hijos de padres separados que no tienen buena relación y se puentean mutuamente para hablar con sus niños. En este caso, lo puedo entender, aunque esta situación se merecería otro post porque tampoco comparto la postura.
Una vez que los teléfonos han evolucionado, el niño lleva un ordenador portatil con el que juega y con el que está en continua relación con sus amigos y con los grupos en los que se incluye, que principalmente es con el grupo de la clase.
Los padres siempre me dicen lo mismo, si no tienen teléfono no los incluyen en los grupos y se "marginan". Yo me quedo muerta. A ver papás y mamás, lo que tenemos que enseñar a los niños son habilidades sociales, si éstas funcionan bien, no les hace falta estar en ningún grupo. Si la mayoría de los padres y madres tienen seguridad en sí mismo como progenitores, pocos niños de estas edades tendrán un móvil y nadie se sentirá apartado.
Muchas veces nos quejamos de que los niños son muy crueles, que no aceptan lo diferente...y yo me pregunto, ¿no somos los padres la mayoría de las veces los que inculcamos esto? Educamos basados en lo que tenemos y no en lo que somos. No fomentamos ser originales y valientes en nuestras ideas sino en la cobardía de ser "uno más", en no sobresalir ni destacarse, huímos del criterio propio, no nos vayan a señalar...y así nos va...
Estos teléfonos no tienen utilidad ninguna cuando nuestros niños son pequeños. No somos conscientes de que son un arma de doble filo, porque la mayoría de los problemas que se dan en los colegios hoy en día parten de una mala interpretación de los mensajes de los grupos. Por muchos emoticonos que usemos, falta la comunicación no verbal, y esto es complicado en los adultos, cuánto más en niños de una edad en la que predomina la impulsividad y son inmaduros aún en la gestión de conflictos.
A partir de los 14 años es una edad muy adecuada para que puedan empezar a tener teléfonos con estas características, antes no! y aún así, con horarios restringidos. Por ejemplo, lo puedes coger después de cenar media hora. Entonces se encenderá, mientras estará siempre apagado y guardado y por supuesto, que ni se le ocurra tener el tfn cuando está haciendo los deberes ni que duerma en la habitación, los teléfonos duermen en el salón.
De primera mano os digo que teniendo las cosas claras es fácil manejar estas situaciones. La base de los límites en sentido general debe estar bien puesta y ésta será una situación más en la que las normas de la casa deben cumplirse.
Por supuesto, que nuestros hijos nos dirá que son los ÚNICOS que no tienen o que se los dejamos muy poco tiempo o...lo que sea, mi contestación siempre es la misma, "tu madre soy yo y me da igual cómo funcionen las demás, esto es educar, lo otro malcriar y yo quiero lo mejor para tí, si tú no lo entiendes, ya lo entenderás, es cuestión de tiempo".
Os propongo que reflexionéis sobre algo, ¿me podéis decir el motivo real por el que vuestro hijo menor de 14 años tiene un móvil? 

miércoles, 17 de septiembre de 2014

LA EDUCACIÓN HOY

Hace tiempo,una madre valenciana tuvo que pedir a la administración que se hiciera cargo de sus dos hijos de 17 y 13 años porque "no podía con ellos", ya que encontraba amenazada su integridad física. Según comentaba, en los últimos tiempo había tenido que poner hasta candados en las puertas de las habitaciones.
Está claro que algo ha pasado en la educación tanto de estos chicos como de todos los que se encuentran en la misma situación. Independientemente de las circunstancias personales, que nunca podemos juzgar, lo cierto es que la proporción en la que se están dando estos casos, está aumentando considerablemente.
La educación de nuestros hijos ahora no está bien visto. Si un niño se muestra educado "es repelente", pero si es maleducado "es gracioso". Está claro que un pequeño maleducado es gracioso hasta que deja de ser pequeño, ¿y después, qué?, ¿un día le río la gracia y al siguiente intento corregirlo?...
Por otro lado, nos encontramos con los niños educados en la "crianza idealizada". Estos niños tienen una habitación preciosa, llena de juguetes variopintos, con un ordenador y un televisor, monísimo todo... si es niño,el televisor será probablemente de Spiderman y si es niña de Hello Kitty, con todo a juego... "así, cuando el niño quiera ver los dibujos, se va a su habitación y yo puedo ver la película tranquila, también, cuando yo esté en la sala, el niño se podrá meter en el ordenador a jugar o a buscar información sin necesidad de interrumpirnos mutuamente"... y cuando pasen los años y los niños crezcan me quejaré porque tomará la casa como un hotel, en el que llega del cole o del insti y se mete en su cuarto a la espera de la comida, a estar con sus amigos... entonces querremos que nos hablen, que nos cuenten cómo les ha ido, querremos mirarles la cara, olerlos, porque nos entrará miedo porque "no sabemos por dónde van".
Debemos tener claro que la educación de hoy es un sumatorio de la educación de cada día desde que el niño es pequeño.
Seguro que podemos hacer algo, seguro que estamos a tiempo. 
Sólo tenemos en principio que informarnos cómo debemos actuar, estar dispuesto a escuchar y no esperar para empezar a actuar. 

martes, 16 de septiembre de 2014

LOS PADRES-MONEDEROS



Uno de los principales problemas que me encuentro en consulta cuando trato con adolescentes es la poca capacidad que tienen para esperar a obtener satisfacciones.
Estos chicos y chicas están acostumbrados a financiarse de manera inmediata, así, les gusta una camiseta, les piden el dinero a sus padres, éstos se lo dan y voilé!, ya tienen la camiseta!!.
Si van a salir con los amigos, sus papás les dan el dinero, si tienen que comprar un regalo para algún amigo, también les dan dinero, si hay que pagar la factura del móvil, sus papás se lo pagan, si se quedan a comer en un burguer, es con el dinero de sus papás, si......, así podemos seguir en cualquier aspecto de la vida de estos niños.
Luego nos quejamos de que nuestros hijos no son responsables, no saben el valor de las cosas, lo que cuesta ganar algo de dinero...y yo siempre les pregunto, "¿tú que estás haciendo para que ellos lo aprendan?".
Como psicóloga recomiendo a todos los padres y madres muy encarecidamente que les den una paga semanal a sus hijos. Son muchas las ventajas y las herramientas que desarrollan los niños a partir de gestionar una cantidad de dinero periodicamente. Entre ellas nos encontramos sobre todo el saber el valor del dinero, la capacidad de ahorro, aprender a satisfacer "necesidades" de forma demorada...o no poder satisfacerlas y no frustrasnos por ello, manejar los haberes y los tiempos para conseguir objetivos, capacidad de sacrificio, independencia, autonomía, tener prioridades, solidaridad...seguro que hay muchísimos más que no se me ocurren en estos momentos, pero pensad por su momento de qué manera pueden llegar a conseguir todos estos valores si les damos dinero a demanda. En este caso sólo conseguiríamos ser unos padres-monederos y no por eso nos querrían más, muy al contrario, en el momento en el que les falláramos nos lo recriminarían y se sentirían defraudados con nosotros porque lo sentirán como un derecho de ellos y un deber nuestro.
Algo que también debemos tener muy claro es que si hay varios niños de diferentes edades en el mismo nucleo familiar, cada uno percibirá una paga directamente proporcional a la edad que tengan. 
Por otra parte nos encontramos el cómo,el cuánto y cuándo. La vida es simple si la hacemos simple.
Cómo: en efectivo, no valen cuentas corrientes, para una paga no. 
Cuánto: cada familia tendrá una capacidad, pero siempre mejor quedarnos cortos...si sobra, no aprenderá a gestionar. Es de lógica pensar qué clase de gastos va a sufragar con esta paga y que sea acorde a este volumen, pero lo dicho, siempre a la baja. Eso sí, mucho cuidado cuando se gasta antes de tiempo...no hay más hasta la semana que viene, sólo se aprende a través de la experiencia.
Cuándo: semanalmente. Es más yo creo que incluso los adultos deberíamos percibir los sueldos semanalmente y nos iría mucho mejor, porque si gestiono más a corto plazo, seré más realista y más ajustada que si lo hago a largo plazo.
Por último, desde qué edad. Pienso que a partir de los 4 años es muy buen momento para empezar, así que ya sabeis, próximo regalito a nuestros niños...una hucha de cerdito.

lunes, 15 de septiembre de 2014

SIÉNTETE SEGURO PARA EDUCAR BIEN

Hoy me gustaría ampliar y completar desde el punto de vista de psicóloga un post que colgó mi amigo y compañero Óscar González y que os remito a leer antes de seguir con èste para que me entendáis mucho mejor. Aquí os dejo el enlace.
Como muy bien explica Óscar, debemos tener confianza suficiente para poder educar a nuestros hijos, pero esta confianza en nosotros mismos también deben sentirla los niños porque de ello depende nuestros avances en su educación.
Y vosotros me podéis preguntar: " ¿de qué manera los niños se dan cuenta que lo que estamos diciendo lo decimos con toda la seguridad del mundo o sólo estamos cumpliendo un papel?"
Y yo os respondo: "muy muy muy fácil, por nuestra comunicación no verbal!"
"¿Y cómo es esto?" , pues os lo explico.
¿Recordáis cuando nuestros hijos eran bebés?, cuando les hablábamos,nos acercábamos mucho a ellos, nos poníamos en su campo de visión y éramos muy exagerados y repetitivos en nuestras muecas, ¿verdad?. Este mecanismo es innato a nosotros y sirve para que los niños aprendan poco a poco a hablar, pero a la vez, los niños aprenden también de manera inconsciente qué músculos movemos cuando sonreímos, cuando les hablamos o cuando les decimos NO porque todos sabemos que no movemos los mismos grupos musculares al sonreír a alguien de verdad, que al sonreír "de mentira". De ahí, que las personas con las que nos relacionamos de forma habitual, (normalmente nuestras madres, sobre todo, pero también ocurre entre amigos, entre alumnos y profesores...), nos sepan interpretar y darse cuenta que lo que decimos con la boca no es lo mismo que lo que estamos diciendo con nuestra cara y por eso mismo podemos escuchar muchas veces "es que te conozco muy bien". Pues justamente esto es lo que les ocurre a nuestros hijos, que nos conocen muy bien y perciben (que es darse cuenta pero de manera inconsciente) que existe una incongruencia entre nuestra comunicación verbal y no verbal, y como la que predomina en las relaciones sociales es esta última, los niños no nos tomarán en serio y será mucho más complicado poder llegar a buen término en la educación.
Este es el motivo por el que debemos tener confianza para educar.
 Para poder transmitir los mensajes de manera efectiva, los primeros que debemos estar convencidos somos nosotros mismos y si no, es muy probable que fallemos en nuestra labor.

jueves, 11 de septiembre de 2014

CLAVES PARA UN ESTUDIO EFICAZ.

Con el curso ya iniciado son muchos los padres que solicitan información sobre técnicas de estudio para que sus hijos sean capaces de rendir al máximo con el menor esfuerzo.
Cuando imparto cursos sobre esta materia, siempre empiezo con la misma frase "no existen recetas milagrosas", sino el manejo de una serie de circunstancias que pueden facilitar el aprendizaje. Entre ellas nos podemos encontrar:
Incluir las tareas escolares dentro de la rutina diaria. 
Esto significa que debemos plantear una hora a priori, si es posible, siempre la misma, como puede ser después del almuerzo o de la merienda, según cuando los niños lleguen a casa. 
Éstos pueden llegar del colegio, almorzar o merendar, descansar unos diez minutos y sentarse a hacer los deberes. No es recomendable esperar más tiempo, ya que debemos aprovechar la inercia de actividad y cuando terminen sí podrá ser un buen momento para descansar y desconectar.
De esta manera, no debemos permitir que jueguen o que vean la tv antes de sentarse a realizar las tareas, porque el nivel de relajación repercutirá negativamente en el empuje inicial que necesita para comenzarla y la pereza hará de las suyas.
-lugar.
Siempre en el mismo sitio, así nos acostumbraremos a los estímulos externos que nos rodean y la novedad de éstos no nos distraerá de nuestras obligaciones. 
Sinceramente, a mí me da igual que sea en una mesa de estudio que esté en su habitación o en una mesa de la cocina o del salón siempre que sea un sitio bien iluminado, cómodo y relativamente tranquilo.
Si os cuento un detalle personal, aquí tengo un pulso basado en la amistad y el respeto con el maestro de uno de mis hijos. Él es partidario de que el niño esté aislado, metido casi en una burbuja para que el niño se concentre, mientra que yo me inclino más a que, dentro de que el ambiente sea tranquilo, existan ciertos estímulos visuales o auditivos, para que mi hijo sea capaz de aprender a concentrarse independientemente de las posibles fuentes de distracciones que puedan existir a su alrededor, ya que, como yo le comento, en la clase no existe esa burbuja y a mí me interesa que su atención esté bien educada tomando en cuenta situaciones adversas. (Aquí me gustaría que me dieseis vuestra opinión).
-Postura
La postura es fundamental. Debemos estar sentados en una silla ( no me creo que los niños que estudian tirados en un sofá se enteren de algo), en ángulo recto y con una mesa a una altura adecuada.
-Entorno
Como ya comenté antes, el entorno debe ser tranquilo, sin televisión de fondo, aunque sí podemos tener una música tranquila, pero a un volumen que tape nuestros propios pensamientos.
Una iluminación adecuada y que no nos llegue desde detrás, ya que nos daríamos sombra a nosotros mismos, sino que la fuente de luz debe estar orientada a la misma mesa.
Una temperatura en la que no podamos sentir frío o calor, pues no seríamos capaces de concentrarnos. Se recomienda unos 24 grados.
Y por supuesto, con todo el material que vayamos a necesitar a mano. No nos podemos permitir tener que levantarnos a cada momento para coger algo porque la atención no llegaría a su punto máximo.
-Motivación.
Lo he dejado para lo último porque realmente es lo más importante. Si existe motivación (ya sea interna o externa), podemos estudiar subidos a una columna como si fueramos anacoretas, que tendremos éxito en los resultados. En cambio, si no contamos con ella, no sacaremos nada en claro. 
He tenido pacientes adolescentes, con un gran cociente de inteligencia que símplemente no les gustaba estudiar, no existía ningún problema, ni psíquico, ni físico ni social, ni familiar, ni contextual, no-quería-estudiar.
Ante esta postura, aceptar que no todos tenemos que hacer lo mismo, respetar su decisión siempre que ya no estemos en la enseñanza obligatoria, eso sí, tener clara la idea que puede no tener motivación para el estudio pero sí debe tenerla para desarrollar una actividad, siempre hay una alternativa.
Cuando se reúnan todas estas condiciones, habremos asegurado más de la mitad del éxito que necesitamos para que el tiempo que le dediquemos al estudio, sea efectivo.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

LA IMPLICACIÓN DE LOS PADRES EN LAS TAREAS ESCOLARES

Comenzamos un nuevo curso. Volvemos a la rutina marcada, a las actividades extraescolares y a los deberes. 
Últimamente hay muchos movimientos que intentan que las tareas escolares desaparezcan para que los niños tengan más tiempo para jugar. Personalmente yo no estoy de acuerdo. Pienso que debe haber tiempo para todo, por supuesto!, pero si a los niños desde pequeños les enseñamos a hacer justo lo necesario, como sería en ese caso ir al colegio y después desconectar hasta el día siguiente, probablemente jugarían mucho y eso es estupendo,(siempre que jueguen adecuadamente y no se pasen la tarde delante de la tv o de la maquinita de turno), pero a la vez se les estaría privando la posibilidad de aprender estrategias que asentaran los conocimientos que hubieran aprendido en clase,por otro lado, la capacidad de organizar su tiempo, que después de adulto le será muy útil, y por supuesto, desarrollar el valor de la responsabilidad.
Muchos padres me preguntan hasta qué punto deben ellos estar al tanto de los deberes de sus hijos y yo siempre les contesto lo mismo: debemos mirar con el rabillo del ojo.
¿Qué quiero decir con esto?, pues que nuestra presencia física debe estar en un principio casi al 100%, pero sin estar haciendo los deberes con ellos, sino acompañándolos en esa situación, por lo que nosotros debemos estar leyendo o trabajando en nuestras cosas, para que, en un momento determinado, podamos explicarle una duda que les surja o simplemente mirarlos cuando veamos que se han distraído y así redirigir su atención, por lo que ésta, se estará educando en su mantenimiento, postura contraria a la temida atención dispersa que tanto influye en los resultados académicos de nuestros hijos.
No hay que explicar que este acompañamiento va siendo menor a lo largo de los cursos, ya que los niños van aprendiendo las estrategias de afrontamiento de los deberes como son la organización, la planificación, la atención, la responsabilidad...pero es un tiempo que a priori debemos invertir, aún sabiendo de primera mano que siempre tenemos mil cosas que hacer y sentarse a leer un libro para acompañar a nuestro hijo físicamente para que hagan la tarea nos resulta difícil de sobrellevar, pero simplemente, es cuestión de prioridades, y creo que, para padres responsables y sumamente implicados en la educación de sus hijos, enseñarles  desde los primeros cursos esta labor, es la máxima prioridad que debemos tener.
Otra cuestión que me plantean es "¿les corrijo la tarea?", a lo que contesto rotundamente "NO". Los niños deben darse cuenta de sus errores en clase, con su maestro y grupo de iguales. Debe enfrentarse allí con sus éxitos y sus fracasos.
Por todo esto, mi postura es clara, la implicación de los padres en las tareas escolares es fundamental para que los niños consigan superar el curso de manera exitosa, pero sabiendo que nuestra labor se ciñe a un acompañamiento (y siempre, en continuo contacto con la escuela), que sustentará la actitud de nuestros hijos hacia estas obligaciones. 
De esta manera, yo creo que la frase adecuada sería "no hay que estar CON ellos, sino JUNTO a ellos".

lunes, 8 de septiembre de 2014

6 BÁSICOS EN LA EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS.

Aquí os dejo los 6 puntos que para mí son los más básicos en la educación de nuestros hijos. 
1.- UNIDAD PADRE-MADRE.
Cuántas veces me encuentro parejas que van cada uno por su lado en la educación de sus hijos. Si uno dice blanco, al otro mejor le parece el negro y ponen estas discripancias sobre la mesa delante de los niños *.* , por lo que éstos tomarán estas grietas educacionales para salirse con las suyas.
Siempre uso el mismo simil, la educación de nuestros hijos es como una empresa ( Yo diría que es muchísimo más importante). Si en una empresa hay dos jefes y cada uno gestiona a su manera y sin tener en cuenta al otro, la empresa quebrará. De la misma forma, la educación de nuestros niños y su propio futuro, correrán bastante peligro porque no existirá una base sólida sobre la que sustentarse.
Me da igual que estos padres estén viviendo juntos o separados, realmente para este aspecto es lo de menos. Lo que tenemos que tener son unos principios básicos de actuación con nuestros hijos y ser constantes y coherentes. En ningún momento debemos ningunear al otro. Podemos estar más o menos de acuerdo con las decisiones y estrategias que tome el padre o la madre, pero NUNCA ponerlo de manifiesto sobre la marcha y delante de los niños, porque nos estaremos echando tierra encima y los niños se aprovecharán de estas circunstancias.
2.- UNIDAD COLE-CASA
Como dice Óscar González en su libro "Familia y Escuela, Escuela y Familia" Edit. Desclée  (el cual recomiendo muchísimo), "la escuela y las familias necesitamos compartir, no competir". 
Somos como un trípode para la educación de nuestros hijos. Si falla alguna de las patas, el elemento al que sostienen caerá irremediablemente. 
El colegio debe ser una continuación de nuestra casa y como los tres mosqueteros, debemos funcionar "uno para todos y todos para uno", apoyándonos en todos los sentidos, por lo que nunca debemos hablar mal de ningún profesor ni cuestionar ninguna decisión que ellos hayan tomado. De nuevo, podemos estar o no de acuerdo y somos muy libres de ir a hablar con los profesores para aclarar las dudas o los malentendidos que hayan surgido, pero debemos poner máximo empeño en no comentar estos aspectos delante de los niños ni, por supuesto, en los corrillos que se forman en la puerta del cole.
3.- DAD LAS ÓRDENES IMPRESCINDIBLES
Para conseguir que los niños hagan lo que les hemos pedido es necesario que demos las órdenes de una en una. Si les pedimos que recojan sus zapatillas, no le diremos que lleven la mochila a su sitio hasta que las zapatillas no hayan sido recogidas, porque si le pedimos varias cosas a la vez, ellos sólo harán lo que se acuerden y nosotros lo interpretaremos como que no han querido hacerlo todo.
De la misma forma, estas órdenes deben ser concretas, sin rodeos y SOBRE TODO, NUNCA de una habitación a otra. Debemos pedirselo asegurándonos siempre que nos están atendiendo y entendiendo.
Hablarles a la cara es la mejor estrategia para que los niños no dejen de hacer lo que les pedimos.
4.- LOS NIÑOS SON UN REFLEJO DE LOS MAYORES
La educación entra por los ojos, no por los oídos. Podemos decir, explicar, hablar, exponer, todo lo que queramos, que si los niños nos ven actuar de una manera contraria, reproducirán nuestro comportamiento y no nuestras palabras.
Recuerdo a un amigo que toma mucha cerveza y le dice a sus hijos que no se debe beber, que es malo...¿qué creeis que harán sus hijos en unos años?
5.-CUIDA SU AUTOESTIMA
Cuidar la autoestima de nuestros hijos no es otra cosa que darles la posibilidad de que realicen tareas con éxito, siempre al nivel de la edad de cada uno. Podemos plantearles tareas caseras, tareas escolares, juegos...lo que sea, pero que ellos se den cuenta que lo han hecho bien. 
Muchos padres y madres piensan que diciéndoles "guapos"es suficiente y no se dan cuenta que la autoestima va mucho más que la simple apariencia física. Cuidar la autoestima es ofrecerles momentos para que ellos resuelvan y sientan SATISFACCIÓN por el trabajo bien hecho y a partir de ahí, su propio lenguaje interno será tan positivo que empezarán a quererse por ellos mismos y no a través de la aprobación de sus adultos...(que luego puede derivar en la necesidad de aprobación de los demás).
6.- CUANDO ESTÉS CON ELLOS, CÉNTRATE!!
No hay tiempo mejor invertido que el que usamos para compartir con nuestros hijos, ya sea en su cuidado o en juegos. 
No vale la simple presencia física pero sin atenderlos. En este caso, es mejor la calidad que la cantidad.


viernes, 5 de septiembre de 2014

...PERO MI HIJO ES FELIZ...

..."Pero mi hijo es feliz"... este es el motivo-excusa que algunas madres usan para justificar que no están tratando, educando, atendiendo, trabajando a sus hijos de una manera adecuada, siendo conscientes que lo que están haciendo con ellos no es lo recomendable.     
Un ejemplo de lo que digo puede ser cuando les dan todos los caprichos. Me viene a la cabeza una madre en concreto (pero me he encontrado a muchas con el mismo patrón) que me decía: "Sonia, es que cuando pasamos por tal tienda, después de salir de la guarde, el niño QUIERE entrar y que le compre una chuche o un juguetito, así que TENGO que entrar y comprárselo", a lo que yo le respondía "¿TIENES que entrar?" y la madre me contestaba "SI, porque a mi no me cuesta trabajo hacerlo y mi hijo es felíz".
Como madre, la entiendo perfectamente, todo nos parece poco para ellos y muchas veces es sencillo hacer lo que nos piden.
Pero como psicóloga no me quedo en ese punto superficial de la satisfacción inmediata sino que profundizo mucho más. 
Un niño al que se le da TODO lo que QUIERE, se acostumbra a pedir lo primero que se le pasa por la cabeza, no tiene un deseo real, solo es una apetencia pasajera y en el momento que pida algo que no está en nuestras manos dárselo (que suele ocurrir, nada más con que nuestro hijo vaya creciendo y vaya antojándosele cosas de otras edades),  se frustrará de tal manera que todo lo que hayamos hecho "para que nuestro hijo sea feliz" no habrá servido para nada, ya que a lo largo de la vida de cada uno de nosotros tendremos episodios frustrantes que no sabremos manejar porque nuestros padres no nos han permitido, a través de su sobreprotección, desarrollar herramientas para superar esa frustración.
Así de fácil es darle la vuelta a la situación, madres y padres que se han esforzado en que sus hijos sean felices a través de cumplir sus mínimos deseos, los convierten en adolescentes y adultos con una gran necesidad de placer inmediato y sin estrategias para superar los embistes de la vida.
Como ya decía Pitágoras: "Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida" y yo añado, con el alma templada, serán capaces de poder llegar a ser felices, independientemente de sus circunstancias.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

EL NEGATIVISMO DESAFIANTE

En torno a los tres años, o un poquito antes, los niños viven un periodo evolutivo llamado NEGATIVISMO DESAFIANTE.
Este periodo se caracteriza por negar para desafiar, como su propio nombre indica, presentando conductas verbales como "no", "no quiero" y físicas como el berrinche.
A veces, las madres piden cita para verme porque este tipo de comportamientos se hacen muy cuesta arriba, no saben qué puede estar pasando y al no saber cómo gestionarlo, pierden la paciencia con frecuencia, ya que a lo largo del día conlleva un gran desgaste emocional para estos padres y madres.
Como todo en esta vida, la frecuencia y la intensidad con la que la pueden presentar los niños es muy variada, ya que depende en gran parte de la personalidad de cada uno. Personalmente, cuando les explico que es sólo una etapa evolutiva que deben vivir, les comento que para mí es como una primera adolescencia, al igual que esta, todas las personas vivimos esta etapa, en unos se nota más y en otros se nota menos, pero tanto la adolescencia como el negativismo desafiante se tienen que experimentar.
De la misma manera, al igual que la adolescencia, hay que trabajarla, quiero decir con esto, que si yo me encuentro con un adolescente que quiere saltarse las normas o que está más rebelde de la cuenta, mi obligación será ponerle los límites adecuados y no porque sea una etapa evolutiva la voy a dejar pasar de una forma pasiva, ya que me traerá consecuencias muy negativas en la crianza a esta edad.
Es complicado poner límites cuando a un niño de tres años le decimos, "Luís, vamos a la ducha" y el niño dice "no", "Luis, venga cariño, que hay que ducharse", "NO", y después de un buen número de veces que le hemos repetido al niño lo que tenemos que hacer y otro buen número nuestro hijo se ha cerrado en banda, lo cogemos y lo metemos en la ducha, entre brazos que se mueven, cuerpos que se dejan caer, mocos, lágrimas, babas, miedo a que se caiga, a que se resbale y poco a poco el niño se relaja y disfruta de su ducha, para que cuando le digamos "muy bien Luís, te voy a sacar que ya hay que secarse" y el niño dice "NO", "venga hijo que te vas a enfriar", "NO"....y vuelta a empezar...
¿Qué podemos hacer en estos casos? pues símplemente no atender la conducta, como comenté en otro post ("LA ATENCIÓN ES LA GASOLINA DE LA CONDUCTA").
Explico a las madres que debemos funcionar como un autómata, necesitamos estar ahí porque debemos atender físicamente a nuestros niños y no podemos desenroscarnos los brazos para hacerlo (a veces entran ganas), pero debemos evitar con toda la intencionalidad del mundo, el mirarlos a la cara, el hablarles (no sirve de nada, sólo sirve para que se pongan peor), el reñirles, el hacerlos entrar en razón, porque todo esto será inútil y alargará el berrinche.
Una vez que terminemos de atenderlo físicamente, debemos "desaparecer" de la escena (siempre cuidando de su seguridad, claro!) y no lo atenderemos más, ya se le pasará.
¿Es dificil?, me podeis preguntar...pues un poco complicado sí que es (yo también lo he pasado como madre cuatro veces), hay que armarse de paciencia, pero cuando sabemos que estamos funcionando de una manera adecuada, transmitimos esta seguridad a nuestros hijos y a nosotros nos da la fuerza suficiente para mantenernos en el camino correcto.
Espero que os sirva!

lunes, 1 de septiembre de 2014

LA ATENCIÓN ES LA GASOLINA DE LA CONDUCTA.

¿Os habéis dado cuenta que cuando los niños se están portando bien, normalmente no los atendemos, mientras que si se están portando regular, estamos encima, interviniendo en esas conductas?
Una premisa básica en la educación infantil es que LA ATENCIÓN ES LA GASOLINA DE LA CONDUCTA. La conducta de cualquier persona siempre está reforzada por la atención, cuánto más para los niños si la consiguen de sus padres.
Así:     
Conducta (+,-)---------Atención (+,-)---------Reforzamiento conducta (+,-)
Debemos explicar que atención positiva se refiere a actos de las personas como besos, abrazos, caricias, elogios, miradas, sonrisas..., mientras que atención negativa sería reñir, castigar y cualquier acto en este sentido.
De esta manera, sin darnos cuenta, vamos reforzando muchas veces las conductas que menos nos interesan y las que realmente queremos que se produzcan, se dan en menor medida.
Por este motivo, sería aconsejable que cuando los niños actúen de una forma adecuada, les señalemos la conducta "qué bien has hecho esto o aquello, fulanito", "me gusta como te has portado hoy en casa de la abuela","qué tranquilos estáis jugando!, qué bien!".
Los niños necesitan la aprobación de sus mayores, por eso, al señalarle la conducta, ellos la harán consciente y la registrarán, por lo que será más fácil que la repitan, mientras que si sólo señalamos las negativas, podemos llegar en un momento determinado a afectarle la autoestima "siempre me están riñendo", "no sé hacerlo bien", "no sirvo para nada"... y a partir de ahí convertirse en un círculo vicioso.
Pensad por un momento que en vuestros trabajos estén continuamente diciéndoos que lo estáis haciendo mal y nunca os reconocen cuando lo estáis haciendo bien, pues así se sienten los niños, frustrados, desmotivados, sin ganas de mejorar...y ahora pensad lo contrario, estaríais al tanto de  intentar mejorar, verdad?
Nunca subestiméis el poder reforzador del lenguaje en las conductas positivas, a veces, es el camino más corto para llegar a educar a nuestros pequeños.

EL SERVILISMO DE ALGUNAS MADRES.

Hace poco, una vecina entrada en años me comentaba "escandalizada" que otra vecina hacía que su hijo de unos 14 años fuera a la azotea a tender y destender la ropa. 
Yo, como madre de otro niño de la misma edad, le hice ver que parte de la educación que debemos darle a los hijos es enseñarles a ser autónomos en las tareas y economías domésticas, independientemente del sexo, ya que, en unos años, estos niños cojerán su camino. Unos harán un Erasmus en cualquier país del mundo, otros decidirán compartir piso con compañeros y otros se irán a vivir con sus parejas. De cualquier modo, una de las tareas a las que se tienen que enfrentar es mantener una casa.
Atrás quedaron las mamaitas que esperaban a sus hijos con el mantel puesto o las que enviaban las fiambreras llenas de comida para toda la semana. Eso no quiere decir que en un momento determinado, esa situación se produzca, pero por propia elección de la madre, no como una obligación porque su hijo/a no sabe.
Hay madres que se quejan de que sus hijos entienden la casa como un hostal al que van a dormir y comer. Yo les preguntaría qué han hecho ellas para que esta situación se produzca. 
Hoy justamente, puede ser el momento para pararse a reflexionar qué tareas domésticas no están realizando nuestros niños en función de la edad que tienen. Las vacaciones son ideales para tener el tiempo necesario para enseñar determinadas tareas y cuando entremos en la rutina, ya lo tendrán aprendido.
Algunas ideas: poner y retirar la mesa, hacer sus camas, tender y destender calcetines (más adelante se irá ampliando), limpiar el polvo, barrer, aprender a doblar una camiseta, cambiar el lavaplatos... se os ocurre alguna más?, os animais a compartir aquí vuestras experiencias? 
Ya me contais!!!