miércoles, 26 de noviembre de 2014

MIEDO AL FRACASO

A veces, me encuentro con madres y padres que me explican que sus hijos no pueden soportar no saber hacer algo. En el colegio son niños muy brillantes y tienen un amor propio tremendo.
Normalmente a estos niños les cuesta decidirse por una actividad extraescolar, debido a que si no dominan la materia, no querrán enfrentarse a ella. De la misma forma, incluso actividades que se suelen aprender a determinadas edades, como por ejemplo, montar en bicicleta, no son capaces de realizarlas. Los padres suelen pensar que es miedo a la caída, pero realmente es miedo a que tras el esfuerzo, no les haya salido del tirón.
...Y así pasan su infancia. Con notas extraordinarias pero sin desarrollar los recursos y herramientas necesarias para poder hacer frente a la desagradable sensación de frustración. Todo este proceso va acompañado de padres y madres que no "obligan" a enfrentarse a las situaciones temidas, sino que los protegen y lo apoyan en sus decisiones de no enfrentamiento. Esto es justamente la tan temida sobreprotección. 
...Y así llegan a adultos. Cuando el mundo se abre a sus pies, cuando terminan lo único que dominan que son los estudios y tienen que tirarse en paracaídas con decisiones importantes, estas personas lo pasan realmente mal, porque por mucho que ellos hayan crecido, sus recursos y herramientas de superación de frustración no han evolucionado en la misma proporción y no son capaces de elegir caminos, sino que intentan quedarse en lo más cercano conocido y así, de estudiantes brillantes, pasan a personas muy mediocres y generalmente se sienten poco realizados.
Como padres y madres, tenemos la misión de "obligar" a nuestros hijos, de dejarlos que lloren ante algo que no han conseguido, de enfrentarlos a situaciones que temen, porque es de la única forma que nuestros niños crecerán emocionalmente y serán adultos capaces de "comerse el mundo", porque no temerán esforzarse, ni el hecho de que sus propósitos no les salga a la primera ,lo vivirán como un fracaso, sino como un aprendizaje.
Merece la pena. 

martes, 25 de noviembre de 2014

MADRES DE DISEÑO

El otro día, hablando con una conocida, madre de tres hijos muy pequeños, con trabajo fuera y dentro de su casa, me preguntaba por qué su hija con 5 años (la mayor), le decía "mamá tú eres mala". La pobre madre me lo contaba angustiada, con el llanto ahogado en la garganta, "yo no sé por qué me lo dice, yo intento sacar tiempo una vez a la semana para llevarmela de paseo a ella sola y así aprovechar para que exprese sus sentimientos, ya que no me gusta que no los exprese, en eso sale a su padre..."
"...¿y me preguntas por qué te dice mala?..." "Realmente, no creo que sea el adjetivo que más te defina, al contrario, ¿cuánto trabajo y estrés, antes y después del paseo, te cuesta sacar ese rato?,¿realmente te compensa?, ¿aceptas a tu hija como es o la intentas moldear a como te gustaría que fuera?..."
Por supuesto que tenemos trabajar intencionalmente los valores que queremos inculcar a nuestros hijos, pero no debemos confundir valores con personalidad. Después de que esta madre saca tiempo de donde no lo tiene para atender individualmente a su hija, con el coste emocional que ello le conlleva, usa su tiempo para intentar moldearla a como a ella le gustaría que fuera, y esa no aceptación, los niños la captan y se revelan.
La vida es mucho más fácil, o no, pero las energías debemos gastarlas en los caminos adecuados. Si tenemos tiempo, es muy aconsejable ese ratito individual, sobre todo cuando los tres hijos son tan pequeños, pero por dios, no es una prioridad. No nos merece la pena vivir estresados porque tenemos que hacer mil cosas para sacar un rato para esta individualidad, la naturalidad es la pieza clave que le está fallando a esta madre. Naturalidad para aceptar que si tengo tiempo, me voy contigo un ratito de paseo y si no lo tengo, pues no pasa nada (pensad que en un par de años tendrá que sacar tres ratitos individuales...no tendrá vida material para atender tantas demandas...), una sonrisa, un beso, un escuchar lo que le cuenta, mientras la madre está realizando cosas, a estas edades es suficiente.
 Por otro lado, aceptar la personalidad de nuestros hijos, que sean callados o habladores, tranquilos o inquietos, que expresen sus sentimientos o no, los tenemos que aceptar incondicionalmente y que ellos lo perciban, independientemente de trabajar sus conductas, pero sólo eso, las conductas. ¿Quién me dice a mí que esa niña no expresa más sus sentimientos porque su madre los castra porque no son los que la madre espera o necesita?", no lo sé, pero puede ser una hipótesis, a parte de que haya salido a su padre.
Y por qué el título, porque todo lo que es de diseño, puede ser precioso, buenísimo, pero no es natural.

lunes, 24 de noviembre de 2014

LOS HORARIOS DE LOS MENORES.

Este fin de semana hemos tenido la noticia de que tres menores han fallecido atropelladas por un turismo.
Puedo hacerme una idea de cómo se sentirán esas madres y esos padres. Debe ser horrible.
Lo que no puedo entender es qué hacían unos menores entre 12 y 17 años yendo por el arcén de una carretera, de un pueblo a otro, antes de las 7 de la mañana. Me puedo imaginar, aunque son sólo suposiciones, que esa noche habían salido de marcha y volvían a esas horas...
Y es que, como madre de adolescente, vivo los comentarios de mi hijo con respecto a los horarios de algunos de sus amigos y conocidos. En líneas generales, esta generación de menores, no tienen horario de vuelta a casa. Es otro síntoma más de la falta de límites en la que viven. Los padres hemos olvidado que nuestra mayor responsabilidad es cuidar a nuestros hijos y uno de los cuidos principales es tenerlos en casa a unas horas adecuadas a su edad. Pero entiendo, que como todo lo relativo a la crianza de nuestros niños, la presión del grupo está por encima del sentido común.
"Soy el primero que me vengo", "tengo que volverme a la hora que empiezan a salir", "ninguno de mis amigos se recoge tan temprano", " me tengo que recoger siempre cuando estamos en lo mejor"...son las quejas más frecuentes con las que nos enfrentamos.
Muchas veces, muchas, me he tenido que plantar y hacerle ver a mi hijo que a partir de determinada hora lo único que hay en la calle es alcohol y conductas desbordadas y que por mucho que él no beba o no se meta en problemas, puede estar alguien a su lado que sí y que puede encontrarse con una situación difícil, que lo mismo que hace a una hora lo puede hacer a otra y que siento mucho que sea yo la que le ha tocado como madre, pero que soy yo la que está haciéndolo bien en ese aspecto.
Como decía mi abuela, "lo que está para tí, no te lo quita nadie", pero bien es cierto que yo vivo con la conciencia muy tranquila y si le ocurre algo, no podré sentirme culpable por no haberle puesto este límite horario adecuado a su edad. 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

LOS REYES MAGOS Y SUS JUGUETES

Llegan los Reyes Magos!! 
A veces, en torno a esta época, padres y madres me preguntan qué juguetes son los más adecuados para sus hijos. 
Yo siempre les respondo, "una caja de cartón y un palo". Se me quedan mirando sin comprender, y les aclaro, "cualquier cosa que haga volar su imaginación". 
El mundo de los juguetes es muy extenso, se pueden clasificar por áreas educativas, cognitivo, social, motriz, de reglas... y dependiendo de la edad, de las preferencias del niño y de las necesidades educativas, debemos elegir unos u otros.
Lo que NO debemos hacer es comprar TODOS los juguetes que nos piden nuestros hijos en la carta a los Reyes Magos. Yo uso un truco. En estos días intento que me hagan una carta y días antes de ir a "hablar con los Reyes", les pido que me hagan otra porque la anterior "se ha perdido", "la he lavado en la lavadora", "no sé dónde la he puesto"... y veo la constancia que existen en algunos juguetes. Por otra parte, siempre les advierto que pueden poner el número de juguetes que quieran, pero que los Reyes sólo traen 3 en casa, independientemente de otro en casa de algún familiar. Tenedlo claro, no son mejores padres los que compran más regalos, ese aspecto se mide por otras variables. 
Algo también muy importante es no acceder a comprar juguetes que no les pertenezca por edad a nuestros hijos, por ejemplo, videojuegos antes de los 8 años y teniendo muy en cuenta la edad recomendada....(personalmente, en mi casa, también valoro por mí misma este aspecto, porque hay veces que no estoy de acuerdo con las recomendaciones, demasiado tempranas para el nivel de agresividad), móviles antes de los 12...
Si nuestros hijos lo que piden es un televisor o un ordenador para su habitación...os recomiendo que NO. Lo único que estaríamos consiguiendo es que nuestros hijos pasen menos tiempo a nuestro lado y de esta manera nos podemos perder mucha información en un momento evolutivo en el que nos interesa estar al tanto de sus vidas. Los televisores y los ordenadores deben estar siempre en la sala de estar de la casa, a la vista de todos.
Por último y no menos importante, no olvideis incluir siempre entre los regalos, un libro. Es una de las cosas más importantes que podeis regalar.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

LOS MORDISCOS Y LOS NIÑOS

Hoy he atendido en una escuela infantil a una madre muy preocupada porque su hijo da mordiscos y ya ha recibido quejas de otras madres de sus compañeros.
Este asunto se suele tratar incluso en las reuniones de principio de curso, debido a la relativa frecuencia con la que se puede dar, la alarma que crea entre los padres y lo mal que lo pasan las profesoras.
Existen varios motivos por los que un niño da bocados:
- La dentición está en desarrollo y morder algo les alivia el malestar que les produce.
-Tienen en torno a dos años y no tienen un vocabulario adecuado a su edad. Cuando un niño no sabe expresarse de otra manera, suelen recurrir a los bocados para dejar constancia de su frustración.
-En casa juegan a darles bocaditos. Es cierto que a nuestros niños nos entran ganas de comérnoslos y muchas madres (sobre todo) empiezan a darles besos y terminan dándoles bocados. Es lógico pensar que cuando se lo hacemos a nuestros hijos controlamos perfectamente la fuerza pero los niños no son conscientes de que nosotros estamos controlando, sólo se quedan con el acto en sí, por lo que aprenden la conducta y  la reproducen ante sus amigos incluso en un ambiente lúdico y no agresivo.
Sea de la manera que sea, como madre, entiendo perfectamente a la madre del niño al que le han dado un bocado y de la misma manera, entiendo perfectamente a la madre del niño que lo ha dado, pero tenemos que ser coherentes. Estamos tratando con niños de unos dos años, yo he escuchado en primera persona " si el niño es así de agresivo, que le pongan un bozal!!" y me ha dolido el alma, porque estaban hablando de un niño exactamente igual de pequeñito que su propio hijo. Que hoy le han dado a él el bocado pero que mañana es ese mismo niño que lo ha recibido, el que se lo va a dar a otro niño. Entonces qué, esa misma madre le pondrá un bozal al suyo o entenderá que son niños pasando una etapa evolutiva.
Por otra parte está la supuesta responsabilidad que tiene la señorita en esta situación. En líneas generales, no tienen ninguna responsabilidad. Un bocado se tarda en dar menos de un segundo y es imposible estar en una parte del aula y aún viéndolo venir, llegar a tiempo de separar a los dos niños. Cierto es que a veces se grita el nombre del niño mordedor para ver si se frena el mordisco, y a veces se consigue...y otras no!
Lo que sí es cierto es que, por mucho que nos duela como madres, debemos saber que no es un acto de agresión "per se", no existe una intencionalidad clara de hacer daño, y lo que podemos hacer es no darles nosotros bocados y si acaso ellos los dan, ponerles un dedo o dos sobre sus labios a la vez que se dice de forma firme "NO", e irnos de su lado en ese mismo momento para no atender su conducta.
De todas formas, y para terminar, explicaros lo que yo digo siempre, " a mi no me preocupa que un niño de unos dos años dé bocados, lo considero algo normal, lo que sí me preocuparía y mucho, es que un adulto lo dé con la intención que le ponía la madre que dijo lo del bozal....eso...sería para estudiarlo...

lunes, 10 de noviembre de 2014

LA IMPORTANCIA DEL GATEO

Hace poco me encontré con una conocida que no hacía ni un año que había tenido un niño, más concretamente 9 meses.
Cuando me interesé por cómo se encontraba su hijo me contó con toda la alegría del mundo todos los avances que había tenido siendo "tan pequeño", entre otras cosas, "ya se ponía de pie en la cuna- parque de su salón"...a lo que yo le pregunté, "¿pero ha empezado ya a gatear?", "NOOO, qué va!" me contestó sonriendo de oreja a oreja, "ha pasado de estar sentado a agarrarse de los "agarradores" de la cuna parque y ahora sólo quiere estar de pie, en nada, va a salir andando..."
¿Cómo le explico yo a esta chica con ese grado de ilusión lo importante que es gatear?, ¿Le quedará a esa criaturita tiempo para andar, por Dios?.
Gatear es una de las etapas más importantes del desarrollo de los niños.
A través del gateo maduran las conexiones interhemisféricas del cerebro, el equilibrio, la coordinación viso-manual, la atención, el control postural...incluso hay teorías (que aún no están suficientemente demostradas) que relacionan la dislexia con falta de gateo.
No sería ni el primer niño ni el último al que no le guste gatear, sobre todo si ya ha sabido lo que es ponerse de pie, pero aún así, debemos intentarlo. Sacadlo de la cuna-parque, y jugad con él a coger un juguete que lo pondremos gradualmente más alejado, jugad al pilla pilla, nosotros y los hermanos (yo lo hice con mi tercer hijo que no quería gatear), gatearemos también (es un ejercicio buenísimo para nuestras columnas, lo recomiendo!!). El niño al suelo y TODOS A GATEAR!, qué divertido! Os aseguro que el niño sale gateando.
No tengamos prisas en que los niños salgan andando, no hay necesidad y se van a perder ejercicios muy importantes para su cerebro, lo de andar ya llegará...precisamente no se van a hacer más inteligentes cuanto antes anden, más bien al contrario.
Sacad a los niños del carro, de las cunas-parque, que repten cuando son muy bebés, que se arrastren, que volteen y terminarán gateando sin dificultad...y andando.
Espero que esta conocida me lea y se aplique el cuento...yo no tuve valor de desilusionarla en aquel momento diciéndole lo contraproducente que estaban siendo lo agarradores de la cuna parque!! :-P

jueves, 6 de noviembre de 2014

EL SUEÑO DE LOS NIÑOS

Mi tema preferido. Más del 90% de las consultas que atiendo en las escuelas infantiles tratan sobre el sueño de los niños.
Los padres no somos conscientes de lo importante que es que un niño duerma las horas adecuadas para su edad. Si le diéramos la misma importacia que le damos a la comida que ingieren o dejan de ingerir, no tendríamos tanto problema de comportamiento de los niños.
¿Os sorprende? Pues es así. Muchas familias han pedido cita por el comportamiento que los niños manifestaban y cuando hemos empezado ha llevar a cabo la modificación de conducta, incluido el sueño, no hemos tenido que seguir, porque durmiendo las horas que  necesitaba, el niño era otro.
Otras veces, me piden consulta porque el colegio avisa a los padres que el niño se muestra distraído...y no es que esté distraído, es que está muerto de sueño.
Y es que la falta de sueño influye negativamente en muchos aspectos de nuestras vidas. Pensad en vosotros mismos como adultos, si teneis sueño, estareis de mal humor, verdad?, no rendireis en el trabajo, todo se hace cuesta arriba...pues los niños funcionan exactamente igual, o incluso peor, porque el grado de autocontrol que nosotros desarrollamos, no lo pueden tener aún nuestros pequeños.
El sueño es un gran reparador de funciones cognitivas, atención, concentración, memoria...se metabolizan hormonas, glucosa, proteínas...todo esto sucede mientras estamos dormidos.
Y qué poca importancia le damos. Dejamos que los niños se acuesten sólo cuando tienen sueño, que duerman pequeñas siestas a deshoras, que no duerman en su cama, sino, donde les pille. Comparten cama con sus padres, auque sea antihigiénico, no los pasan de la cuna a la cama en el momento más adecuado para la correcta evolución del niño...sigo?, no, no terminaría.
Hay una gran desinformación en torno al sueño de los niños y además, y más grave, como nos coge en un momento en el que estamos cansados y los adultos queremos dormir, no nos encontramos con la fuerza suficiente para trabajar este campo tan importante y que deriva en tantas dificultades...terminamos antes dando gotitas para dormir...
El sueño se aprende, los adultos podemos ayudar a nuestros hijos a que duerman bien, y no es tan difícil, es cuestión de tener las ideas claras y saber cómo funcionar. Nosotros podemos enseñar a nuestros hijos desde que son muy pequeños a dormir, a través de rutinas marcadas y un poco de paciencia, igual, exactamente igual que cuando los enseñamos a comer con cubiertos o les enseñamos a escribir, es cuestión de práctica, de querer hacerlo y por supuesto, de tener la información suficiente para poder actuar cuando el camino se hace pedregoso.
Y que conste, que no es necesario el desgaste emocional derivado de algún método con el que no estoy de acuerdo, porque considero que no es adecuado dejar a los niños llorar para quedarse dormido. Yo, como madre, no sería capaz. 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

NO ME QUIERO PERDER NADA DE LA VIDA DE MI HIJO...

Muchas veces escucho en la televisión y en mi vida particular una frase que me llama mucho la atención: "no me quiero perder nada de mi hijo".
Esta frase suele estar dicha por una madre en un contexto en el que acaba de tener un hijo y estoy segura que lo dice con toda la intencionalidad del mundo e incluso suele ser así...en los primeros años.
¿Por qué digo esto?, pues porque también me encuentro en la consulta a muchos padres y madres desesperados que traen a sus hijos adolescentes sin ningún tipo de patologías clínicas psicológicas pero cuya conducta deja mucho que desear, sobre todo, en el tema académico.
Tras valorar a estos niños y no encontrar nada clínicamente significativo, me centro, por un lado, en la modificación de conducta tal cual, por la que los padres deben hacer de co-terapeutas, a lo que se prestan de mil amores. Por otra parte, también les hago analizar cómo sus propias conductas influyen en la de sus hijos. Aquí empezamos a entrar en terrenos pedregosos. 
Dependiendo de los padres, unos están más abiertos que otros a modificar su propia conducta, cosa que considero muy normal, ya que "el modo automático" en el que vivimos hace que nos cueste mucho más que a un niño o un adolescente cambiar nuestro modo de vida.
Pero lo que más me sorprende es que hay madres/padres que cuando les digo que su hijo necesita más su presencia en casa, les causa mucha tristeza, pero no se replantean de qué manera pueden conciliar más sus obligaciones laborales con las propias de responsables de esos niños (teniendo la posibilidad de hacerlo, porque si no lo tienen, pues esto es lo que hay).
He tenido madres peluqueras (con trabajadores a su cargo), abogados, médicos...da igual, a lo largo de los años de crianza de sus hijos han ido olvidando esa declaración que hicieron cuando estos nacieron  "no me quiero perder nada de mi hijo"y han ido priorizando otros objetivos.
Es una pena que pretendamos que nuestros niños cambien sus conductas y no ser capaces de cambiarlas nosotros mismos y es una pena que nos perdamos tantas cosas de nuestros hijos, cosas que no volverán.

martes, 4 de noviembre de 2014

NIÑOS ACOSADOS. BULLYING.

Hoy me he levantado leyendo una noticia que me ha impresionado. Un niño que ha pasado recibiendo acoso de sus compañeros durante 10 años. Os dejo el enlace de la noticia para que podais entenderme.
Realmente me llama muchísimo la atención cómo, según esta noticia, se han desarrollado los acontecimientos. Un niño que cada día llega con magulladuras, incluidas sus partes íntimas, como madre, no lo puedo entender.
Pero me pongo en el lugar de ese niño, cómo se levantaría cada día para ir al colegio, cómo se enfrentaría a los exámenes, ¿tendría fracaso escolar?, ¿sería un niño triste?... un acoso continuado desde los 5 años no tiene síntomas de pronto cuando tiene 12 años sino que se va presentando un estilo de comportamiento que va llamando la atención.
Después de tanto tiempo y tantos abusos, es lógico que este niño no se encuentre bien y que su recuperación sea muy lenta, si es que llega a producirse del todo, porque las personas somos el resultado de nuestras experiencias pasadas.
Por otro lado, tampoco entiendo cómo esos comportamientos de acosadores y acosado no los hayan detectado los responsables del colegio, porque por supuesto pueden pasar desapercibidos en un momento determinado, pero años y años de acoso de unas personas hacia otra no es algo que se logre tapar continuadamente.
Creo que la pregunta más importante que debemos hacernos es ¿por qué ocurre esto?. Para mí, bajo mi experiencia existen dos respuestas. Por una parte, la falta de límites y de valores con la que viven los niños. En líneas generales como padres, fallamos en educar en el respeto al otro, hablamos mucho de ello, eso sí, la teoría es muy bonita, pero sólo debemos ver cómo los adultos nos hablamos y nos comportamos, ya sea en nuestra vida cotidiana o en la televisión, gran transmisora de estilos de comportamientos, en el deporte, cómo hablamos delante de los niños de nuestros compañeros, de nuestros jefes, "la jaula de grillos" que tanta audiencia da en algunos programas, los formatos que más venden...en los que más minutos te regalan de gloria cuanto menos respeto tienes hacia los demás e incluso hacia uno mismo...
Por otra parte, la falta de comunicación familiar en la que vivimos, si acaso les hacemos cada día, como yo digo, el tercer grado "¿qué has hecho?, ¿qué has comido? ¿tienes deberes?¿te ha salido bien el exámen de matemáticas?...eso no es comunicarse, eso es hacer un informe de productividad. Con las prisas, se nos pasa mirar a los ojos a nuestros interlocutores, mantener una conversación en la que a parte de preguntarte a tí, también voy a decirte yo lo que he hecho, ver si la comunicación no verbal coincide con la verbal o darnos cuenta que algo "chirría". Es simplemente estar con los cinco sentidos en el aquí y en el ahora de lo que nos están contando.
Vamos a intentar que esto no ocurra más, por favor, vamos a intentar hacer las cosas lo mejor posible, vamos a ser críticos con nuestras posturas de padres, de profesores, de compañeros, vamos a tener la humildad de aceptar que podemos hacer las cosas mejor y vamos a ponernos manos a la obra. Todo el mundo habla de hacer un mundo mejor, pero miramos al de al lado para que empiece el cambio, ese no es el camino. El cambio empieza en uno mismo.