jueves, 29 de octubre de 2015

VALORES A PARTIR DE UNA CARRERA POPULAR.

Hace poco, uno de mis hijos participó en una carrera popular, hasta ahí todo normal. 
En este mundo donde se potencia la competitividad, me planteé que, era evidente que no iba a ganar, y claro, con 10 años que tiene, era su máxima ilusión.
De camino al lugar donde se realizaba, intenté hacerle ver lo divertido que era lo que iba a vivir, por lo que debía disfrutar de ese momento, él que siempre está viviendo en el después y en el mañana. Le expliqué que una carrera no solo era ganar, que incluso llegando el último habría ganado, porque habría tenido la VOLUNTAD (que es QUERER HACER) de llegar, cuando habría otras personas que abandonarían a mitad de camino. También le aclaré que tendría que hacer un ESFUERZO, ya que en cuanto se sintiera cansado y con muchos niños por delante, querría descansar, pero debía seguir. Además, al esforzarse, su mente aprendería a "poder un poco más" y así, cuando esté haciendo deberes, deseando terminar para irse a jugar, le costaría menos trabajo concluir todas sus actividades. 
La carrera terminó y su puesto fue muy normalito Llegó a la meta radiante de alegría y me explicó que podría haber llegado mucho antes, pero que se paró a ayudar a otro niño que se había torcido un pie y estaba entre todos los niños que pasaban corriendo. Así me enseñó él a mí, que también se puede trabajar la SOLIDARIDAD y el COMPAÑERISMO. 
Para mí fue sin lugar a dudas, EL CAMPEÓN.

martes, 27 de octubre de 2015

COMO MI HIJO ES MOVIDO, ME CRUZO DE BRAZOS...

Cuántas y cuántas veces me encuentro a padres y madres que vienen con la problemática de que sus niños son muy movidos.
Lo primero que me suelen preguntar es "¿Piensas que puede ser Hiperactivo?", a lo que yo les contesto " No lo es, pero si lo fuera, ¿qué cambiaría?".
Y es que a veces, nos intentamos escudar en etiquetas para justificar que no trabajamos lo suficiente con nuestros hijos.
A estos padres siempre les hago la misma pregunta "Si tuvieras mala letra, ¿te conformarías o tendrías que hacer más "Planitas"?, evidentemente me contestan que tendrían que hacer más planas.
Pues bien, si tenemos un hijo movido, puede ser o no hiperactivo, pero de cualquier forma, es nuestra obligación minimizar esas características, con o sin medicación si tiene la patología, pero siempre con atención, límites, normas, cariño y buen hacer.
Intentar ponerle una etiqueta, me da la impresión que es como cruzarnos de brazos y conformarnos pero no es este el camino que debemos tener con nuestros hijos en ninguna de las posibilidades que me puedan encontrar con ellos.

miércoles, 21 de octubre de 2015

FRENA!

Cada vez con más frecuencia me encuentro con personas que, aún teniendo una buena vida, no se sienten felices.
Suelen ser personas profesionales, con hijos, con amigos...que viven estresados, metidos en una forma de vida vertiginosa en la que no les da tiempo a mirar a la cara a su familia. Las obligaciones tanto laborales como personales y familiares, les aplastan como una losa de hormigón y no les dejan ni respirar.
Están viviendo una vida, pero no se están enterando y cuando vuelvan la vista atrás, no verán una vida aprovechada.
¿Qué es lo que falla? Simplemente, que nos hemos olvidado de vivir, pero ¿qué significa esto?, pues que pretendemos grandes montones de minutos para hacer cosas que nos gusta y, claro, no es posible. Hemos olvidado las cosas pequeñas, que son las que realmente merecen la pena.
Hemos olvidado dar un beso de cariño, se tarda un segundo, pero no de forma mecánica, que de esos hay muchos, un beso con los labios en la mejilla de nuestros hijos con la plena conciencia de lo que estamos haciendo.
Hemos olvidado mirar a los ojos a nuestra pareja mientras le hablamos, porque transmitimos información a la vez que chequeamos nuestro móvil o vemos la televisión.
Hemos olvidado disfrutar de sentarnos a hacer los deberes con nuestros hijos porque debemos tender la ropa, recogerla o ir haciendo cenas, sin darnos cuenta que esos minutos que compartimos con ellos lo van a recordar más que el juguete de turno que les vayamos a comprar, sin darnos cuenta que en unos años echaremos de menos esos ratitos compartidos delante de un cuaderno.
Hemos olvidados sentarnos todos juntos a la mesa compartiendo nuestras vivencias diarias...
Las cosas pequeñas no ocupan grandes espacios de tiempo y por contra, nos llena el alma, que al final, es de lo que se trata.
Nos equivocamos en la perspectiva que tomamos, debemos "hacer de nuestra vida posible, lo mejor posible" y en estos momentos, aceptando todo el estrés diario y las obligaciones impuestas, lo mejor posible siempre se esconde en frenar y saborear esas pequeñas acciones que no ocupan tiempo ninguno.

lunes, 19 de octubre de 2015

LOS TRAUMAS...

¿Qué es un trauma?
Es el resultado de la exposición a un acontecimiento estresante que sobrepasa los mecanismos de afrontamiento de la persona.
Explicado de otra manera más sencilla, haceros a la idea que hay una tela capaz de resistir impactos hasta que hay uno muy grande y la rasga, pues lo mismo ocurre con el tejido psíquico. 
Un trauma es una experiencia que queda guardada en la memoria y que se revive en forma de pesadillas cuando dormimos y en forma de imágenes cuando estamos despiertos.
Para que se produzca este trauma, el acontecimiento que lo precipita debe ser muy intenso en fuerza y/o en frecuencia.
Las causas que pueden llevar a sufrir un trauma pueden ser:
- abusos físicos o psíquicos.
-maltrato
-accidente.
-guerra.
-violencia...
El tratamiento suele ser ayudar a la persona a procesar la situación. En términos culinarios, sería como ayudar a digerar esos alimentos que no han caído bien en el estómago.
Pero una cosa nos debe quedar clara a los padres, Educar, desde el cariño y el respeto, aún poniéndo límites al niño y consecuencias adecuadas a la edad, NO traumatiza, y creo, que es por lo que muchos padres y madres no se atreven a hacer mejor su labor de educadores. 

miércoles, 14 de octubre de 2015

¿CÓMO EDUCO EMOCIONALMENTE A MI HIJO?

Qué me gusta que esté de moda la educación emocional.
Hace un tiempo, se negaban las emociones negativas, a los niños de mi generación se les decía "los niños no lloran!!!"", una barbaridad como otra cualquiera, ¿por qué no iban a poder llorar los niños?¿es que son menos humanos que las niñas?.
Me encanta cómo hemos evolucionado en este sentido.
 La inteligencia emocional no es otra cosa que tener la capacidad de expresar de manera equilibrada nuestras propias emociones y entender las de los demás, que es lo que llamamos, tener Empatía.
¿Pero sabéis en qué debemos seguir trabajando?, En dejar que nuestros hijos tengan la oportunidad de sentir esas emociones negativas. Nos desvivimos en que nuestros hijos sean felices, estén contentos y por contra, no dejamos que se aburran, que se queden con las ganas de algo (esto es que se frustren), en nuestro intento de ser los padres perfectos, no los dejamos que algunas de sus emociones negativas afloren, para que puedan sentirlas y sean capaces de crear herramientas mentales para superarlas y así, cuando sean adultos y la vida misma les niegue algo, sean capaces de tirar de esas herramientas mentales y superen las dificultades que les vengan.
Como si ser padres perfectos dependiera del nivel de felicidad del hijo en una proporcionalidad directa, "a más felicidad del niño implica ser padres más perfectos", un poco absurdo, no?.
Yo me quedo con la frase de Pitágoras " Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida". Y esto, padres y madres que me leeis, no se consigue solamente comprándole un libro de emociones a nuestros niños para saber diferenciarlas, sino dándoles la oportunidad, de una manera adecuada, de dejarlos que las sientan y a partir de ahí que las afronten.

lunes, 12 de octubre de 2015

MIS HIJOS VALEN POR LO QUE SON, NO POR LO QUE TIENEN.

Cuántas y cuántas veces me encuentro con madres que les compran cosas a sus hijos porque su entorno lo tiene.
Un ejemplo, el teléfono móvil, aunque se podrían poner miles de situaciones. Si un niño después de hacer la comunión no tiene teléfono móvil, los padres se sienten culpables, piensan que su hijo va a estar marginado, creen que no los están ayudando a integrarse en la sociedad. 
Los niños son antojadizos, quieren lo que ven, independientemente de que sea perjudicial o beneficioso para ellos, porque no tienen la capacidad de darse cuenta de los posibles inconvenientes. Somos los padres los que debemos ser el filtro de sus caprichos. 
Si los padres entramos en este juego, únicamente haremos que nuestros hijos se midan por lo que tienen y no por lo que son. Esto lo haremos tanto con ellos mismos como con sus compañeros.
Después querremos que tengan la autoestima alta, pero ésta se alimentará sobre todo de cosas materiales, y ¿qué harán estas criaturas cuando sean mayores y la vida no los trate de la misma manera? ¿cómo se sentirán cuando no puedan comprarse un coche, una casa, un viaje...como alguno de sus conocidos?.
A veces, pensamos que dándoles a nuestros hijos TODO lo que tienen sus iguales les estamos demostrando que los queremos más, que los cuidamos más, y nada más lejos de la realidad. 
La labor más importante que tenemos con nuestros hijos es hacerlos CRÍTICOS con determinadas situaciones, ayudarlos a ver a las personas por dentro, no por fuera, valorar la amistad, no la materialidad y sólo así, podremos ayudarlos a que, cuando sean mayores, puedan llegar a ser felices independientemente de su capacidad económica. 
Tomaros un minuto de reflexión, vereis como estais de acuerdo conmigo, sólo hay que ser valientes para no caer en la educación basada en el borreguismo y coherentes con nosotros mismos.

lunes, 5 de octubre de 2015

EL DIAGNÓSTICO DE CÁNCER INFANTIL.

Enfrentarse a un diagnóstico de cáncer es terrible, pero cuando esta enfermedad la tiene un niño, creo que ya no puede ser más difícil ni estresante.
Supongo que el mundo se te viene encima, la vida que va fluyendo poco a poco se frena de pronto y no existe nada en el mundo que te distraiga del único tema que te ocupa.
El cáncer es una de las enfermedades más importantes de nuestra época, tanto por la incidencia como por sus consecuencias.
Cuando la palabra cáncer merodea una familia existen varios momentos críticos:
-La espera del diagnóstico.
-El diagnóstico.
-El tratamiento.
- La resolución, que puede ser positiva o negativa.
En todos ellos, la ansiedad, la inseguridad y la sensación de que no se puede controlar nada, son los sentimiento que predominan.
El trabajo del psicólogo en todas estas etapas debe dirigirse:
- A manejar los sentimientos negativos.
- A mejorar el ajuste mental de la persona que sufre la enfermedad para incrementar su espíritu de lucha.
Sea como sea, sabemos que los niños tienen un gran poder de adaptación (resiliencia, que se dice en psicología). 
Los adultos que estamos a su alrededor debemos mostrar nuestro lado más positivo, ellos se miran en nuestras caras y si nos ven asustados, se asustarán, si nos ven tranquilos ( aunque sólo sea, por supuesto, haciendo el teatro), ellos estarán tranquilos.
Debe ser difícil, muy difícil, pero por suerte, las intervenciones en este tipo de patologías cada vez tienen más éxito, por lo que vamos a tener esperanza, que es la base de todo.