lunes, 25 de julio de 2016

CÓMO DEBO CRIAR?

En plena era de la información, se me viene a la cabeza la famosa frase de Sócrates "Sólo sé que no sé nada". 
Quiero decir con esto que estamos cada vez más perdidos en la forma más perfecta de crianza, qué les puede venir mejor a los hijos o qué les puede perjudicar más. 
Miles de libros y entradas en internet sobre cómo ser los mejores padres, evitar a los niños malos ratos, pero a la vez, poner límites, que coman bien, que duerman, que su felicidad sea eterna, que lleguen a ser unos adolescentes empáticos, educados, responsables...
 Sabéis qué? Yo pienso que la respuesta está dentro de cada uno. El arte de criar es tan artesanal, que es imposible que una respuesta, un libro o un consejo pueda ser igual de válido para cada una de las criaturas que habitan el planeta. 
Pienso que la intuición es fundamental en determinadas circunstancias para poder gestionar nuestras dudas. 
Podemos informarnos, leer, coger ideas, pero como cada uno de nosotros conoce a nuestros hijos, no hay regla que lo sustituya.
Por eso, intentad tener seguridad en vuestras actuaciones, ese es el toque mágico, la seguridad, que unida a la coherencia y a la perseverancia dará como resultado que nuestros hijos crezcan adecuadamente.

domingo, 10 de julio de 2016

LOS NIÑOS CRECEN.

Hoy quiero ponerme un poquito seria, (aunque no sé si lo conseguiré.)
Como es lógico, leo mucho acerca de la infancia, de la crianza, a parte de la psicología, pero últimamente me estoy encontrando con algo con lo que no estoy muy de acuerdo y que paso a explicaros.
A nadie tengo que decir que los niños son niños y como tal se comportan, es algo obvio y los defiendo al cien por cien, pero...
La condición de niño está en contínua evolución, hasta que llega un momento en que dejan de ser niños y se convierten en jóvenes y más tarde en adultos.
SI!, adultos que me leéis, ¿recordáis que un día fuísteis niños? No nacísteis así, siendo padres y madres, aunque no os acordéis, también nos gustaba meternos en charcos con las botas de agua ( ...y sin ellas), jugábamos al elástico, al cordel, coloreabamos, nos aburrían las comidas con los mayores, las siestas eran eternas...
Pues bien, nuestros niños, también crecerán, es ley de vida, así debe ser, pero últimamente leo artículos de personas que para mí tienen bastante criterio que les escriben a los padres como si sus hijos no fueran a crecer jamás, que siempre se van a quedar siendo niños y por esta regla de tres aceptan y apoyan incondicionalmente determinados comportamientos.
Ojo!! si nuestros niño no crecieran y fueran unos Peter Pan para siempre jamás, no estaría escribiendo este artículo, porque me parece fantástico aceptar el comportamiento de los niños, es más, no encuentro otra manera de comportarse acorde con esa edad. El problema lo encuentro cuando independientemente de darnos cuenta que los niños funcionan exactamente como les corresponde, no somos capaces de ir puliendo poco a poco y por supuesto, con mucho cariño, determinadas actitudes, para que sigan siendo acordes con su edad, es decir, los niños crecen y su autocontrol también, siempre acompañados por los consejos de sus padres.
No lo olvideis, debemos aceptar el comportamiento de los niños, pero a la vez, debemos de ir enseñándoles a madurar.

jueves, 7 de julio de 2016

LOS NIÑOS CONTESTONES.

¿Quién no ha sido contestón de niño? Yo creo que todos hemos pasado por esa etapa, verdad?
A partir de los 3-4 años, los niños descubren que cuando contestan a sus padres, hay veces que se salen con la suya. No es otra cosa que intentar poner sus límites y no los de sus padres. 
La historia no tendría más importancia si no fuera porque es una conducta que se instaura y no es lo mismo un niño contestón con 4 años que con 12. 
Entonces, ¿qué podemos hacer?, pues podemos tirar de lo que debemos tirar siempre, paciencia y control. No nos vale de nada perder los papeles, es más, sería una forma de enseñar a nuestros hijos a comportarse de una manera que tampoco nos gustaría, recordad que los niños aprenden "por los ojos", no "por los oídos".
Los que seguís mi blog, sabeis que "La atención es la gasolina de la conducta", y los que no, aquí tenéis el enlace http://soniapsico.obolog.es/atencion-gasolina-conducta-2362499 , de esta manera, si ante una contestación "entramos al trapo", estaremos de alguna manera reforzando esa forma de actuar, por lo que sería más recomendable no "darse por enterado", aunque como los niños se dan cuenta que puede que no haya surtido efecto su actuación, que no nos extrañe que pueda perseguirnos dándonos la contestación de nuevo...En este momento entiendo que se nos pueda acabar la paciencia, pero aún así, vamos a hacer un pequeño esfuerzo, no vamos a adelantar nada "dejándonos llevar por el enfado", vamos a intentar tirar del sentido del humor, vamos a salir por la tangente, vamos a descuadrarlo y vamos a intentar reirnos...es complicado, lo sé, pero aunque el camino es algo más largo, os aseguro que es el adecuado. 
En otro momento, en el que estemos relajados y emocionalmente cercanos, les podemos señalar la conducta, hacerle ver que "a veces" nos contesta mal y que eso nos pone tristes, que con lo buenos que son, no les pega contestar así, que es una forma fea. 
No olvidéis que el camino se hace andando, no pretendais llegar a la meta en un solo paso, eso es un imposible, la crianza es un proceso, y poco a poco iremos consiguiendo rectificar esa conducta.
Pd: Haced un análisis de vuestras propias conductas...¿seréis también contestones en vuestra vida diaria con los que os rodean?... a veces lo que me molesta del otro es porque me molesta de mí mismo...tomad nota....

domingo, 3 de julio de 2016

LA REGLA DE FARRAR

Hace unos días escuché algo muy curioso que relacioné con la educación,
Un apicultor estadounidense apellidado Farrar, acuñó hace tiempo un principio que básicamente decía que cuanto mayor era el número de individuos en una colmena, más productividad individual tenía cada abeja.
Al escucharlo, pensé sin darme cuenta en las familias numerosas. Muchas madres me preguntan cómo puedo gestionar el tiempo con 4 hijos y la verdad es que dentro de lo trabajoso, de lo cansado, de los mil y un frentes que siempre tengo abiertos, salimos adelante de forma general con bastante dignidad.
Pero claro, sería imposible si mis hijos no se ocuparan también, acompañados siempre por mí y la mayoría de veces por su padre, tanto de sus quehaceres escolares como de los domésticos.
Algunas madres me dicen, "te admiro, yo con un hijo y no me da tiempo a nada, imagínate con 4!!!!" a lo que yo respondo "seguro que si tuvieras 4 lo harías también muy bien, no te quedaría otra", pero claro, creo que he encontrado la explicación a esta supuesta paradoja....La Regla de Farrar!!!!
Es cierto que cuando tenemos un hijo nos dedicamos en exclusiva a su cuidado, a veces hasta de forma contraproducente, porque les hacemos más de lo que deberíamos y les solucionamos más cosas sin necesidad, mientras que cuanto más tengamos que dividir nuestro tiempo y atención, más cargo se harán cada uno de ellos de sus vidas y de sus obligaciones (siempre bajo la supervisión nuestra, claro, porque sabéis que para mí la palabra clave para una crianza adecuada es el ACOMPAÑAMIENTO, en todas las áreas de la vida de nuestros hijos, pero Acompañamiento, para mí, no es suplantar a la persona, sino caminar junto a ella para poder echarle una mano en un momento determinado..),
De esta manera, todos nos encargamos de la productividad propia y de la colectividad.
Pero es cierto que para que esta regla se produzca, no necesariamente debemos ser una familia numerosa, simplemente con ser consciente de que cada uno podemos hacernos cargo de lo nuestro y enseñar a nuestros hijos a gestionar sus responsabilidades y sus tiempos, la habremos cumplido.