jueves, 6 de octubre de 2016

NO DEJO DE SORPRENDERME...

¿Habéis leído la noticia que nos dice que google le reclamaba a un chico una cantidad infame de dinero?
Menos mal que al final se ha quedado todo en una anecdota!. 
Escuché con alivio una entrevista con la madre una vez que se sabía que ya no debía pagar la deuda que le reclamaban pero me quedé un poco (o un mucho) sorprendida por cómo lo explicaba. 
Y es que según ella, una vez que le llamó el banco para avisar que tenía ese pago pendiente, lo primero que pensó es que era algo de su hijo (que creo recordar que tiene unos 11 años). Pero no le cuadraba que "hubiera comprado tantos juegos".
Ella se sentía aliviada porque su marido era el único que traía un sueldo a casa y no podrían haber hecho frente a esa deuda.
Y yo, como madre de familia, me pregunto, ¿es que ese niño tiene acceso directo a la cuenta para comprarse juegos...o lo que sea? ¿no hay filtro ni de clases de juegos ni de dinero a gastar?. 
Estoy segura que tiene una explicación, pero así a priori, me parece que debemos plantearnos qué grado de autonomía les damos en determinados aspectos a nuestros hijos. La obligación de los padres es atenderlos, que significa cuidar, mirar por alguien pero no sólo en lo básico, comer, darle cama y techo, sino en lo más profundo de ser, educar en valores, aconsejar, acompañar, observar, y así, nos evitaremos algunos sustos.

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